Xcèntric
7 de febrero de 2019 a las 19:30h
El largometraje del canadiense Chris Gallagher evoca la experiencia del viaje iniciático en forma de tratado metacinematográfico. Estructurado como una serie de secuencias autónomas, el film gravita alrededor de un plano recurrente: una mujer y un hombre de espaldas, circulando dentro de un coche descapotable. Planteada como una road movie abstracta, la película registra el paisaje urbano y rural de Canadá a través de ingeniosos planteamientos fílmicos que devienen una reflexión sobre el trasfondo ilusionista del medio.
Documentaciones desorientadoras y puestas en escena minimalistas demuestran el poder de la imagen fílmica para articular instancias teóricas. También revelan otra finalidad tan o más significativa: la búsqueda de la belleza. Sugerir la capacidad observadora de la cámara cinematográfica y el valor cognitivo del montaje son rasgos distintivos de un film que celebra la representación del movimiento, analizando la relevancia de la temporalidad.
Desafío de la gravedad y tendencia a la circularidad son recursos estilísticos presentes. Estas perspectivas fílmicas intrincadas señalan la influencia de las constricciones del cine estructural pero huyen del formalismo para vehicular una narración calidoscópica donde la presencia de la pareja automovilística pauta el conjunto de situaciones.
Hoja de sala:
“En términos generales, Undivided Attention es una película de carretera, pero el viaje es tan perceptivo e intelectual como geográfico. La "narrativa" de la película se construye mediante tomas recurrentes de una pareja que viaja en un automóvil a través de diversos paisajes rurales y urbanos de Canadá. Esta pareja emblemática siempre está cruzando puentes al igual que la película de Gallagher intenta cerrar la brecha entre las dicotomías que definen su realización cinematográfica. El viaje es un poderoso cambio de percepción. Los poderes sensoriales y las suposiciones intelectuales del espectador sobre la naturaleza de la visión son desafiados a la fuerza. Pero la película trata más sobre la desorientación perceptiva y la naturaleza de la ilusión. Undivided Attention entrelaza un subtexto que trata las relaciones entre hombres y mujeres en su espíritu de indagación. En particular, la película analiza la insatisfacción representada por la división familiar entre lo emocional y lo intelectual. Cuando Gallagher fija la cámara al final de un pincel y se sigue el exuberante recorrido de la pintura sobre el lienzo, lo importante no es el resultado visual del pintor –la pintura– sino la pura alegría cinética en el trazado del pincel. Esto es típico en una película donde toda la atención está dividida y es momentánea: no hay posibilidad de ninguna unidad absoluta. Al observar el rico derrame rojo, azul y verde de la brocha, la opinión de que Undivided Attention puede ser tan placentera como estimulante está ampliamente confirmada.”
Catálogo de la edición número 42 del Edinburgh International Film Festival
“Chris Gallagher recoge las influencias del cine estructural para realizar películas personales regidas por patrones formales que focalizan su inquietud en la representación del tiempo. (…) Gallagher nació en Vancouver. Estudió en las universidades Simon Fraser y British Columbia, donde actualmente es profesor asociado en la licenciatura de cinema. Durante los años ochenta ya había impartido clases en la universidad de Regina, también situada en Canadá. A mediados de los años setenta empieza su recorrido en el ámbito fílmico bajo la influencia del cine estructural norteamericano y canadiense.
(…) Plastic Surgery (1975), Atmosphere (1976) y The Nine O’clock Gun (1980) son los tres primeros films de una trayectoria caracterizada por el uso del plano secuencia para la documentación del entorno urbano de su localidad: Vancouver. Gallagher concreta visiones personales de espacios exteriores al utilizar estrategias de montaje que tienen consecuencias sobre la comprensión del flujo temporal. Seeing in the Rain (1981) aplica una maniobra de postproducción donde la articulación de los diferentes cortes viene dada por elementos mecánicos existentes dentro del encuadre –incrementados en la banda sonora–, que proponen una fractura con la linealidad del tiempo, apoyándose en un añadido instrumental que calcula su transcurso. Esta misma opción es la que decide introducir años después al inicio de un trabajo mucho más ambicioso como es Undivided Attention (1983-1987), una suerte de road movie secuencial de elaboración libre, que junta soluciones formales sistemáticas con añadidos narrativos. Es un largometraje planteado a partir de veinte fragmentos independientes de soluciones estéticas sorpresivas –movimientos de cámara imposibles, montajes imprevistos, construcciones temporales especiales, etc.–. Todos ellos tienen como hilo conductor una serie de transiciones realizadas desde el asiento trasero de un vehículo rojo descapotable, que circula por autopistas, puentes y carreteras del territorio urbano y rural canadiense. Este film es más un viaje perceptivo e intelectual que uno específicamente geográfico. En esta película –realizada tras Terminal City (1982), otro film de resonancias estructurales–, Chris Gallagher controla el registro de unos fenómenos profílmicos que, inevitablemente, convocan lo indeterminado. Incidir en la desorientación perceptual producida por el ilusionismo es una de las maniobras que el cineasta aplica para reflexionar sobre el medio, desestabilizando la relación espacio-temporal.
(…) Si tras Seeing in the Rain las inquietudes formalistas de Chris Gallagher se concretan en su largometraje Undivided Attention (1987), su interés por la representación audiovisual del concepto del tiempo queda expuesto en toda su plenitud en su película Time Being (2009). La primera seguirá la línea estructural sin restricciones, bajo una libertad compositiva que, siguiendo un recorrido paralelo al género de las road movies, resolverá un conjunto de soluciones sonoras y visuales bajo patrones cinemáticos. La insólita movilidad de la cámara, los sorpresivos criterios de montaje y la complejidad de una banda sonora hecha de registros en directo, apropiaciones de diálogos fílmicos, efectos de sonido y ruidos ambientales, convierten el film en un collage de tono autobiográfico que, continuamente, realiza comentarios sobre la naturaleza del medio cinematográfico. Se trata pues de una demostración de formas metafílmicas donde el contenido queda a merced de la forma.”
Fragmentos extraídos del libro:
Alcoz, Albert, Resonacias fílmicas. El sonido en el cine estructural (1960–1981). Santander: Shangrila, 2017. pp. 299–315.
Imágenes cedidas por la distribuidora Light Cone.
La foto de las cataratas son las del Niagara . Pregunto.
ResponderEliminarParece ser que sí. La película está rodada en Canadá.
EliminarYes, that is Niagara falls, a wonderful sight to behold.
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