Querido Alberto: es el título de una nueva pieza documental que reproduce la lectura de cuarenta y ocho postales de finales de los años cincuenta. El video es un ensayo con rasgos autobiográficos que se inicia con el siguiente texto:
Entre 1958 y 1960, mientras residía lejos del hogar, mi abuelo Albert Viñas i Camps envió decenas de postales a su hijo Alberto Viñas i Barceló. Su puesto como militar en el Sahara español, Las Palmas de Gran Canaria y otros lugares alejados del seno familiar –en Barcelona– implicaba una relación paternal condicionada por el intercambio epistolar. Casi sesenta años después, la lectura de las postales por mi padre Alberto revela aspectos educacionales donde la memoria personal queda atravesada por un contexto histórico desplegado caligráfica y fotográficamente.
Tras estas indicaciones empieza un trabajo de treinta y tres minutos de duración que implica muchas otras cuestiones contextuales. Albert Viñas i Camps fue comandante de infantería de marina. A partir de 1958 estuvo viviendo en El Aaiún, Las Palmas de Gran Canaria, Cádiz y Sevilla mientras su mujer, Rosa Barceló i Altimira, cuidaba de sus seis hijos en Barcelona. Entre ellos estaba mi padre, Alberto Viñas i Barceló, que por aquél entonces tenía ocho años. Las contadas visitas a la Ciudad Condal quedaban remediadas por el envío de decenas de postales a cada uno de los hijos. Las postales que recibió mi padre incluyen fotografías paisajísticas y escenas rurales de los sitios en los que residió su progenitor. También revelan, textualmente, el tipo de educación que transmitía a su hijo.
A finales de 2017 decidí escanear todas las postales por delante y por detrás. Pocos días después sugerí a mi padre que leyera todas y cada una de ellas. Hacía casi sesenta años que no las leía. Registré con una cinta de casete su voz mientras recitaba lo que le escribió su padre, fallecido en el ya lejano 1987. A lo largo de la lectura hubo dos pausas. Una fue resultado de un inconveniente técnico: la cinta magnética utilizada tan solo dura veinte y tres minutos por cada cara. La otra detención vino propiciada por la emotividad de los recuerdos.
La duración del montaje de imágenes viene determinado por el registro sonoro. Un mínimo de intervenciones en la pista de audio evitan escuchar pausas excesivamente extensas o momentos dubitativos propiciados por la dificultad en el reconocimiento caligráfico. Los tiempos de lectura de cada postal condicionan su presentación en imágenes. Fundidos encadenados desvelan el reverso visual de unos textos escritos que, a menudo, anuncian la fotografía opuesta. La rigurosidad en el estudio y la mejora en la escritura son dos de las constantes de unos escritos que desvelan la idiosincrasia de una educación transmitida a distancia. En este enlace se puede visionar un extracto.
Me gusta esta bien documentado de unos años de mi padre en el Sahara y en cabo bojador ,la posesión española mas occidental.
ResponderEliminarGràcies Pare.
ResponderEliminar