5 de diciembre de 2015

Pure Virtual Function – Péter Lichter



Publicado en FOUND FOOTAGE MAGAZINE

Pure Virtual Function (Péter Lichter, 2015)
Hungary, 35 mm/digital video, sound, 2:50 min.

English version:

One of the artistic tendencies that derivate from the found footage cinema is the use of celluloid as a physical medium for plastic experimentation. This cinema, without a direct animation camera, made upon appropriated film strip emulsion, adds all kinds of materials that alter visual definition and sound fidelity. Colour anilines, diverse liquids, varied organic elements and sharp objects are some of the tools used to paint, deface, and scratch in order to transform the surface of the film. The directors who deal with cinema from this point of view pick up the pictorial heritage of cubism—the collage technique—as well as expressionist abstraction—the gestural non-figurative stain. Cécile Fontaine from France or Jürgen Reble from Germany are two of the most prominent artists who have based a considerable part of their filmography on the conciliation of these two expressive typologies. In plastic arts, this conception could be exemplified by the Neo-Dadaist painters such as Robert Rauschenberg, whose paintings are situated between a deliberate abstract stain and photographic serigraphy taken from the media.

The young Hungarian artist Péter Lichter departs from the same kind of artistic assumptions to carry out short film projects that intertwine the fluctuant vibrations of the material cinema with the spotless elements of digital video. In Pure Virtual Function he displays an “abstract meditation about the representation of violence,” recycling fragments of 35mm action films together with a digital sound register from the Iraq War. Recovering violent scenes from the film The Bourne Supremacy (Paul Greengrass, 2004)—with Matt Damon in the leading role—altered with ink, bleach, outtakes, fragments with colour samples and rolls of Super 8 films stuck on the same celluloid, Péter Lichter creates an apocalyptic canvas whose tone is set by the veridical sound document: the conversations between the American soldiers (crews from the Apache helicopters) in Iraq create a soundtrack that implies a violent ending, resonating with gunshots. The tension between the beautiful visuals and the terrifying military recording transforms the act of watching into a hostile and harsh experience. In the words of Péter Lichter, the ornamental aesthetic of certain avant-garde cinema is burdened with problems: “in my view the film criticizes the visual representation of omnipresent violence. There is a fusion line between reality and fiction, and as a consequence, the consumption of the images gets transformed into something perplexed and confused, since we only perceive the attraction they exert over us and we take no notice of whether they are real or fictional.”

Pure Virtual Function follows the unitary pattern of the Lichter films which are focused on developing only one concept in a clear and direct form, such as No Signal Detected (2014)—“a rhythmic combat of digital and chemical deterioration”—with Bruce Lee as master of ceremonies. On the contrary, Polaroids (2014), another one of his significant pieces which was made quite recently, starts with an adaptation of twenty-two poems by the young Hungarian poet Simon Màrton and proceeds to analyse the relations between the text, word, sound and image in movement. Dozens of autobiographic captures in Super 8 and HI8 are condensed freely in a major work—which required nearly a year of editing process and which revisits the amateur character of homemade productions while discarding the sentimental tone so typical of them.

Versión en español:

Una de las tendencias artísticas derivadas del cine de found footage es aquella que utiliza el celuloide como soporte físico para la experimentación plástica. Este cine sin cámara de animación directa, realizada sobre una emulsión apropiada previamente filmada, añade todo tipo de materiales que alteran la definición visual y la fidelidad sonora. Anilinas de colores, líquidos diversos, elementos orgánicos variopintos y objetos punzantes, son algunos de los utensilios que ayudan a pintar, desgastar, rascar y, en definitiva, transformar la superficie de la película. Los cineastas que trabajan el cine desde este punto de vista recogen tanto la herencia pictórica del cubismo –la técnica del collage– como la de la abstracción expresionista –la mancha gestual no figurativa–. La francesa Cécile Fontaine o el alemán Jürgen Reble son algunos de los creadores más destacados que han basado buena parte de su filmografía en la conciliación de estas dos tipologías expresivas. En las artes plásticas, esta concepción quedaría ejemplificada por la obra Neo-dadá de pintores como Robert Rauschenberg, cuyos cuadros se sitúan a medio camino de la mancha abstracta deliberada y la serigrafía fotográfica de origen mediático.

El joven húngaro Péter Lichter parte de este tipo de consideraciones artísticas para realizar películas breves que entrecruzan las vibraciones fluctuantes del cine matérico con los añadidos impolutos del video digital. En Pure Virtual Function plantea una ‘meditación abstracta sobre la representación de la violencia’, reciclando fragmentos en 35 milímetros de largometrajes de acción junto a un registro sonoro digital de la guerra de Irak. Recuperando escenas violentas de una película como El Mito de Bourne (The Bourne Supremacy, Paul Greengrass, 2004) –protagonizada por Matt Damon–, alteradas con tinta, lejía, colas de metraje, fragmentos con pruebas de color y tiras de película de súper 8 pegadas sobre el mismo celuloide, Péter Lichter crea un cuadro apocalíptico cuyo tono viene dado por un documento sonoro verídico: las conversaciones entre soldados estadounidenses (tripulaciones de helicópteros Apache), establecidas en escenarios iraquíes, forman una banda sonora acongojante que intuye un final violento saturado de disparos de metralleta. La tensión entre el hermoso devenir visual y la aterradora grabación militar convierten el visionado de la pieza en una experiencia agresiva, indudablemente brutal. Según el propio Péter Lichter, la estética ornamental de cierto cine vanguardista queda aquí problematizada: ‘para mí el filme es una crítica a la representación visual de la violencia, que está en todas partes. Hay una frontera de fusión entre la imagen real y la de ficción, de modo que el consumo de las imágenes se convierte en algo perplejo y confuso ya que solo observamos la atracción que nos producen olvidando, prácticamente, si son reales o de ficción’.

Pure Virtual Function sigue el patrón unitario de los últimos filmes de Lichter, centrados en desarrollar un solo concepto de forma clara y directa, tal y como sucede en su anterior No Signal Detected (2014) -–‘un combate rítmico de deterioro digital y químico’ con Bruce Lee como maestro de ceremonias–. Por el contrario, Polaroids (2014), otra de sus piezas significativas de los últimos años, parte de una adaptación de 22 poemas del joven poeta húngaro Simon Màrton para analizar las relaciones entre el texto, la palabra, el sonido y la imagen en movimiento. Decenas de capturas autobiográficas en súper 8 y HI8 quedan condensadas libremente en una trabajo mayor –cerca de un año de montaje lo confirman– que revisita el carácter amateur de las producciones domésticas desechando el tono sentimentalista que las caracteriza.

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