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A Spell to Ward Off The Darkness (2012) Ben Rivers y Ben Russell |
Después de un año de paréntesis,
el Festival Internacional de Cine Documental de Navarra, Punto de Vista, ha llegado a su octava edición. Lo ha hecho con una
programación fílmica reforzada, que sitúa la ciudad de Pamplona en el mapa de
las capitales internacionales del cine documental. El año pasado la muestra no
pudo celebrarse por culpa de los desencuentros con las instituciones públicas
encargadas de financiar el proyecto. Ya sea por la compleja situación económica
del ámbito cultural o por la desidia de los dirigentes de estos organismos, lo
cierto es que la muestra quedó suspendida, ante la incredulidad de los
organizadores y la decepción de los espectadores. Un seminario y un conjunto de
conciertos audiovisuales fueron la alternativa, improvisada, a la ausencia de
proyecciones. Esas actividades celebradas en febrero de 2012 supusieron un
estímulo para seguir adelante con un festival –ahora bianual– que, en su última
edición, ha demostrado la importancia de su modelo. En 2013 Punto de Vista ha
incrementado, si cabe, su relevancia. Lo ha hecho sin perder ningún rastro de
credibilidad; más bien incrementando su espíritu crítico.
A lo largo de la penúltima semana
de febrero se ha podido disfrutar de una programación excelente de películas
documentales situadas entre el cine-ensayo autobiográfico, la compilación de
investigación, el registro observacional, el retrato heterodoxo, el video de
creación y, en definitiva, la experimentación de los medios audiovisuales con
la realidad. Ha sido el año de dos celebradas retrospectivas dedicadas a la
obra del alemán Thomas Heise y el brasileño Eduardo Coutiunho; pero también el
de una selección contundente de cortometrajes y largometrajes proyectados en la
sección competitiva. Las sesiones especiales y las de los diferentes trabajos
relizados por algunos de los miembros del jurado, han marcado la pauta de una
muestra clarividente en la que ha primado la calidad por encima de la cantidad.
En términos generales cabe mencionar una serie de constantes en el grueso de la
programación: la insistencia en los soportes analógicos para la filmación –caso
del 16mm–, el predominio de la voice over
en las reflexiones personales de los propios creadores y el juego constante
entre la puesta en escena, propia de la ficción, y el registro verdadero,
heredero del cine directo. Aspecto, este último, que propone de nuevo el debate
sobre la especificidad del cine documental y la conveniencia de expresiones
como “cine de no-ficción” o “cine de lo real”. Cine construido, al fin y al
cabo; cine elaborado desde puntos de vista y puntos de escucha personales en
busca de la representación de la realidad.
Lo que sigue a continuación es un
conjunto de reseñas breves de cada una de las películas que pude visionar a lo
largo de cuatro días de intensa actividad. Catorce sesiones formadas por
decenas de películas que van de los cinco minutos de Dad’s Stick por John Smith, a los cientosiete de Museum
Hours por Jem Cohen.
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First Cousin Once Removed (2012) Alain Berliner |
Jueves 21
First Cousin Once Removed (2012) de Alain Berliner fue una de las sesiones especiales
que mayor expectación creó. El cineasta norteamericano presentó un trabajo
sobre la pérdida de la memoria personificada en su primo Edwin Honig, que
sufrió Alzheimer durante sus últimos años de vida. Registrando progresivamente
sus reacciones a lo largo de unos meses, Berliner explica la vida de Honig
destacando su trayectoria literaria, remarcando su talento poético y
evidenciando su incapacidad para la paternidad. Postproducido hasta la
saciedad, el nuevo largometraje de Berliner contiene un poso dramático que se
despliega de modo distendido, casi lúdico, participativo –como cuando propone
recordar al espectador los términos “silla, árbol, pájaro”–. El resultado es
una disociación entre forma y contenido que ayuda a aligerar el tono ante un
personaje desmesurado e incongruente, tan fascinante como incómodo.
Fatherland (2002) era uno de los largometrajes de la
retrospectiva a Thomas Heise. Straguth (cercano a la ciudad de Zerbst) es un
pueblo colindante a una pista de aterrizaje en desuso. Ahí el director rastrea
calles y recintos públicos en busca de protagonistas que relaten sus
vicisitudes. Media docena de rostros masculinos, marcados por situaciones
personales problemáticas, describen sus vidas apesadumbradas en un entorno
inhóspito que determina sus actitudes resignadas.
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The Island of St. Matthews (2013) Kevin J. Everson |
Viernes 22
Museum Hours (2012) del cineasta Jem Cohen prometía mucho más.
Este largometraje de ficción producido por el Kunsthistorisches Museum de Viena
es una narración poco consistente sobre la vida de un vigilante de un museo y
una visitante extrangera, protagonizada por Mary Margaret O’Hara. La falta de
convicción en la dirección del relato, el cruce deslavazado de historias
paralelas y la multiplicidad de capas pictóricas con las que se yuxtaponen, dan
lugar a un filme excesivamente encorsetado, puntuado por la dialéctica entre
las pinturas figurativas de Pieter Bruegel y las costumbres actuales de los
ciudadanos austriacos.
Toma Dos (2012), de la joven realizadora de Santander Pilar
Álvarez, es la puesta en escena de un conflicto de pareja entre un hombre y una
mujer cubanos. La tensión dramática que desprende su encuentro es el punto
álgido de una pieza decididamente ambigua que produce malestar al denotar tanto
el incesto como la violencia de género. The Island of St. Matthews (2013) de Kevin J. Everson fue una de las películas
que creó mayor controversia. Su poso meditativo provocó opiniones discrepantes.
En el filme, los habitantes de Westport (Columbus) recuerdan las riadas del río
Tombigbee en 1973, describiendo sus devastadoras consecuencias. Esta comunidad
afroamericana queda representada por filmaciones en 16mm que capturan,
pacientemente, declaraciones de algunos de ellos. Largos planos fijos del
funcionamiento de las presas sugieren un tono contemplativo que alcanza su
punto culminante en la reiterativa figura hierática del esquiador acuático,
conviertiéndose, por derecho propio, en una de las imágenes más emblemáticas
del festival.
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Confederation Park (1999) Bill Brown |
Bill Brown fue uno de los
hallazgos de esta edición. Formaba parte del jurado; de modo que mostró una
selección representativa de su obra. Se presentó humildemente ante una
audiencia que disfrutó de sus ensayos experimentales filmados en formato
analógico. Capturando la esencia de la soledad del viajante errante, Brown
compone encuadres desde el coche, en interiores de moteles o en paisajes
solitarios, filmados mediante largos intervalos de tiempo. Lo hace
impregnándose de la esencia del lugar, analizando las particularidades de
sitios específicos de los Estados Unidos, que le sirven como excusa para volcar
sus pensamientos. El cineasta percibe esos enclaves escogidos desde una
perspectiva intransferible, tan humorística como sobrecogedora, acercándose a
la lucidez sin dejar de lado cierto freakismo. Hub City (1997), Roswell (1994), Confederation Park (1999) y Mountain State (2003) se enmarcan dentro de esos parámetros, al
describir en primera persona unos espacios en relación a sucesos como el
accidente de aviación de Buddy Holly en 1959 o la supuesta llegada de OVNIs a
Nuevo México en 1947. Dos trabajos menores editados en vídeo –Chicago
Corner (2009) y Document (2011)– cerraron su segunda sesión.
El proyecto Heterodocsias X Films
de este año estuvo protagonizado por los realizadores nacionales Greta Alfaro,
Loïs Patiño y Francina Verdés. Una navarretense, un gallego y una catalana
ofrecieron una sesión ecléctica de películas diametralmente opuestas que
ascendieron paulatinamente. Greta Alfaro demostró, con tres piezas dispares de
videoarte escenográfico, que su hábitat natural debería ser el de las galerías
de arte. El impacto visual del banquete de buitres en In Ictu Oculi (2009) –fácil de vincular con el clásico Vulture
In The Studio de João Onofre– desaparece
por completo en Cuarto Oscuro Europeo (2010) y A Very Crafty And Tricky Contrivance (2012); dos trabajos ampulosos de factura endeble.
Loïs Patiño incluyó tres realizaciones pausadas, con el paisaje como común
denominador. Bellos planos de reminiscencias románticas no amagaron montajes
aleatorios faltos de entereza en su desarrollo. Montaña en sombra (2012), Ecos del bosque (2011) y Na vibración (2012) contienen imágenes grabadas a larga distancia
que ensalzan el poder de la naturaleza. El preciosismo de las composiciones se
desvanece en la edición de las mismas, como si a esa continuidad le faltara una
estructura coherente. Francina Verdés anunció su película como “un documental
sobre la Guerra Civil”. Lo cierto es que Coses rares que passaven
abans (2012) es un retrato vivaz con
paisaje espectral al fondo. Funciona perfectamente como una descripción
evocadora del pasado, protagonizada por un agricultor de 89 años con buena
memoria, el carnet de conducir vigente y residente de un pueblo de Lérida. Por
momentos parece una road movie
local de resonancias bélicas.
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The Dubai In Me (2010) Christian Von Borries |
The Dubai In Me (2010) del alemán Christian Von Borries analiza la
especulación económica sucedida en Dubai, centrándose en las fisuras existentes
entre lo factual y lo virtual –especialmente en espacios hiperbólicos como el
conocido The World–. Reciclando imágenes promocionales de una feria
inmobiliaria de 2008 o registrando planos por las calles de esta ciudad
fantasmal en constante edificación, Von Borries plantea un ensayo audiovisual
en el que las simulaciones diseñadas por ordenador chocan frontalmente con los
planos capturados sobre el terreno. Bajo un discurso intelectual –que incluye
tanto frases del pensador Jacques Ranciére, como planos secuencia del escáner
de Google Maps–, el documental se asemeja a la imparcialidad metódica,
inevitablemente reveladora, de los filmes de Harun Farocki.
Sábado 23
Dad’s Stick (2012) de John Smith es un video personal dividido
en tres partes. Tres objetos pertenecientes al padre del videocreador son el
punto de partida para establecer un diálogo familiar, que elucubra otras posibles
funciones de herramientas manuales prácticamente irreconocibles. La precisión
de los enunciados escritos, el carácter descriptivo de los sonidos y la
clarividencia del montaje son algunos de los motivos por los que recibió el
premio Jean Vigo a la Mejor Dirección. En realidad pareció un premio honorífico
a una trayectoria desbordante de ingenio y meticulosidad. All’ombra
della croce (2012) de Alessandro Pugno fue
una de las grandes sorpresas del festival. Documentando sigilosamente la Abadía
de la Santa Cruz del Valle de los Caídos (San Lorenzo de El Escorial), el
equipo de realización propone una mirada neutra respecto a una escolarización
fuertemente religiosa que ignora los problemas de la socidad actual. En este
monumento a la muerte y al terror de la Guerra Civil planea el cadaver de
Francisco Franco, cuya lápida se puede apreciar en unos de los momentos más
significativos de este valioso documental que focaliza en la pérdida de
credibilidad de la Iglesia.
J. P. Sniadecki era, junto a Bill
Brown y Christian Von Borries, el tercer realizador miembro del jurado. En una
de sus sesiones se debía proyectar The Yellow Bank (2010), pero problemas técnicos lo impidieron. Yumen (2013) sí que se pudo estrenar. Fue su primera
proyección pública y generó cierto desconcierto. Observando detenidamente una
serie de personajes residentes en un pueblo aislado del norte de China,
Sniadecki describe unas presencias físicas que responden artísticamente ante la
desolación de unos escenarios que amagan un trasfondo político-cultural
particular. Por momentos la película recuerda ciertos documentales de Arte
observacionales, como los dedicados a la obra pirotécnica de Roman Signer –Signers
Koffer (1995)– o a las esculturas naturales
de Andy Goldsworthy –Rivers And Tides (2001)–.
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The Florestine Collection (2010) Paul Gailiunas y Helen Hill |
The Florestine Collection (2010) de Paul Gailiunas y Helen Hill fue una de las
películas más celebradas de esta edición (obtuvo una de las menciones
especiales). La ternura de sus imágenes contrasta con la desgracia de su
historia: la de la cineasta amateur
de animación Helen Hill, asesinada en Nueva Orleans tras el desastre del
Katrina. Mientras realizaba una nueva película de animación, la autora del
almanaque Recipes For Disaster,
perdió la vida al sufrir un atraco a mano armada. Su marido recupera las
imágenes del proyecto inacabado sobre el hallazgo de innumerables vestidos
cosidos a mano, y lo convierte en una conmovedora declaración de amor marcada
por su voice over. The
Anabasis of May and Fusako Shigenobu, Masao Adachi and 27 Years Without Images (2011) de Eric Baudelaire elabora un collage de imágenes y sonidos sobre el Ejército Rojo
japonés, representado por May Shigenobu y Masao Adachi (director de películas
de ficción de ideología anarquista). Los fragmentos de sus filmes son los
mejores instantes de una compilación abigarrada de propaganda política
izquierdista con momento hilarantes.
A Spell to Ward Off The
Darkness (2012) de Ben Rivers y Ben Russell
era uno de los highlights del
festival. Se proyectaba por primera vez y lo hacía bajo el añadido
circunstancial work in progress.
El filme es una exploración dividida en tres partes sobre la vida en comunidad, el
retiro contemplativo personal y el éxtasis celebratorio final. Si la segunda
parte –la del ermitaño– remite a Two Years At The Sea de Rivers, la tercera –el concierto de black metal–
recuerda uno de los viajes de la serie Trypps de Russell (el del público ensimismado ante un
concierto de Lightning Bolt). Pero aquí todo tiene un deje impostado. Como si
en el fondo los Ben hubieran hallado un cliché y se hubieran limitado a
exprimirlo, evitando hallar la frescura de sus películas anteriores. La
espontaneidad ficticia de los primeros minutos del filme invitan a pensar que
el recorrido de cada uno de ellos aún promete experiencias reconciliadoras.
Domingo 24
Lucky (Niggers) (2006) de Thomas Heise es la descripción de un
conjunto de jóvenes alemanes de poco más de veinte años, residentes en la
ciudad de Berlín. Rodado entre 1999 y 2005 el filme muestra los adolescentes
alcanzando su mayoría de edad. Para hacerlo acumula apuntes biográficos bajo
formas dispares (fotografías, cartas, grabaciones, etc), configurando un
mosaico desesperanzado de la juventud actual en la capital europea de
principios del siglo XXI.
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Night Hunter (2011) Stacey Steers |
Night Hunter (2011) de Stacey Steers es una minuciosa película de
animación hecha de miles de ilustraciones recortadas. Esta fábula onírica de
aspecto preciosista, hipnotiza mediante el rostro de la actriz de cine mudo
Lilian Gish. Los sonidos sinuosos de Larry Polansky amplifican su impresión
perceptiva. Tributes-Pulse (2011)
de Bill Morrison formaba parte de una de las sesiones de la sección La Región
Central, junto con la anterior. Aquí el director de Decasia acumula metraje deteriorado de texturas humedecidas,
incandescentes, para estructurar un filme en cuatro partes que homenajea a
cuatro compositores distintos. La música del percusionsita danés Simon
Christensen lastima, desde el primer minuto, el visionado del filme. Su música
concreta disonante hecha de intrumentos clásicos, perturba de tal modo que
oprime las imágenes hasta reducirlas a lo anecdótico. Sin sonido, ni efectos
digitales de postprodución, el filme hubiera ganado en sutileza.
Dime quién era Sanchicorrota (2013) de Jorge Tur fue la película que cerró el
festival. Lo hizo ante una sala repleta de público autóctono, completamente
entregado. El proyecto ganador de Heterodocsias – X Films 2012 es un intenso
documental sobre el mito del bandolero Sanchicorrota, realizado en el desierto
de las Bardenas. Entrevistando ganaderos, paseantes y demás personajes que
deambulan por este paisaje árido, el realizador traza un cuadro inaudito donde
la leyenda se confunde con la historia. La búsqueda de los rastros del forajido
que “robaba a los ricos para dárselo a los pobres”, acaba con el hallazgo de un
pasado lúgubre, mucho más reciente, encarnado por cráneos sin identificar.
Tanto el tono performático como el juego metalinguístico en el que incide,
añaden credenciales a un trabajo de solidez contrastada.
Entre
las sesiones de realizadores nacionales a las que no pude acudir cabe destacar El
Jurado de Virginia García del Pino, Uzbek Cotton de Lluís
Escartín, Valparaíso 2011. Observaciones de un turista de Rubén
García López, El modelo de Germán Scelso, Invisible de Víctor
Iriarte y La Casa Emak Bakia de Oscar Alegría. De los filmes
internacionales hubiera deseado presenciar las proyecciones de Reconversao de Thom
Andersen, Gui-Aiueo:s de Go Shibata y Age Is… de
Stephen Dwoskin. La estancia no dio para más. Aunque el programa fílmico de
Punto de Vista tenga algo de inabarcable, por suerte, su criterio artístico
resulta elogioso en todas sus secciones. Y es que estamos ante un festival
excelente que –hay que recordarlo– es un formidable punto de encuentro.
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Dime quién era Sanchicorrota (2013) Jorge Tur |