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Gavelgav Pita Camera |
Hasta el 13 de enero de 2013 el fotógrafo israelí Aïm Deüelle Lüski expone su obra en La Virreina Centre de la Imatge de Barcelona. Imágenes residuales. Fotografía documental en tiempos oscuros es el título de una muestra comisariada por Ariella Azoulay que incluye las cámaras estenopeicas fabricadas por el artista y las fotografías capturadas con ellas. Son imágenes que documentan las zonas geográficas de Israel desde una punto de vista abstracto que amaga un discurso filosófico sobre la fenomenología y la representación del mundo. Los aparatos fotográficos de los que se sirve para capturar la luz –y escribir con ella sobre negativos emulsionados en plata– son objetos únicos, completamente herméticos, que contienen agujeros que hacen la función de objetivos. Estas cámaras pinhole reconsideran el papel de la fotografía deconstruyendo la estructura habitual de la imagen bidimensional, generando otras maneras de observar la realidad circundante. Son cámaras oscuras de diseños insospechados, algo irrisorios (en forma de pastel, balón de fútbol o pan de pita) que capturan los haces de luz de modo enigmático, gracias a la inusual distribución de los diafragmas, que multiplican las perspectivas resultantes de un modo difuso, extrañamente atrayente.
Las imágenes que ilustran la parte inferior de esta entrada no pertenecen a sus fotografías sino a una película de 25 minutos titulada The death fuge que Aïm Deüelle Lüski filmó en 1979. Esta filmación en super 8 debidamente digitalizada –proyectada, lamentablemente, en un monitor televisivo ubicada en la sala de documentación del centro–, cambia la cadencia del original, transformando la filmación de 18 fotogramas por segundo a unos 4, 5 o 6 durante la edición. De este modo el rodaje inicial, realizado frame by frame (a un intervalo de un frame cada segundo, aproximadamente), queda resuelto como un experimento cronofotográfico donde las diversas posiciones de cámara y las diferentes colocaciones de las figuras retratadas cambian considerablemente en cada uno de los encuadres. Paseos por las calles de Nueva York, capturas del entorno cotidiano, filmaciones de seres queridos, rostros femeninos, pases de modelos e incluso un concierto de rock son las principales escenas presentadas. Todas ellas quedan unificadas por un ritmo particular que favorece la observación del espectador –el original proyectado a 18 fps resultaría vertiginoso–.
The death fuge es una consecuencia lógica del interés por la luz del fotógrafo, al que se añade el estudio del movimiento y el paso del tiempo; sin dejar de lado una tecnología fotoquímica que aún desvela nuevas sensibilidades. Lo curioso del caso es que Aïm Deüelle Lüski no se haya interesado por capturar imágenes en movimiento con sus propias cámaras estenopeicas, tal y como hace el cineasta experimental norteamericano Robert Schaller –del que recientemente dábamos cuenta en esta reseña–. La complejidad técnica de las cámaras fotográficas de Deüelle Lüski, el valor escultórico de sus formas y el carácter sugerente de sus resoluciones fotográficas convierten su obra en una propuesta fácil de relacionar con las piezas de la exposición Máquinas de Mirar y la colección pre-cinematográfica de Werner Nekes; un conjunto de obras de arte que cuestionan la representación tradicional, revisitando la construcción de imágenes de los períodos previos al surgimiento del cinematógrafo.
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The Death Fuge (1979) |