La Revista de análisis fílmico PAUSA acaba de publicar su décima edición. La figura del cineasta vasco José Julián Bakedano es el objeto de estudio de un número que contiene reseñas sobre sus películas, así como una entrevista al propio director, representante de un cine experimental lírico y abstracto hecho a mano, y una sèrie de documentales artísticos inusuales.
"BOST" de José Julián Bakedano
El visionado de "Bost" ofrece un cúmulo de incógnitas. Todas ellas remiten a las decisiones tomadas por el cineasta José Julián Bakedano y J. E. Urrutia durante la realización de la pieza. Unas decisiones que más bien se decantan hacia la improvisación y el azar; por el uso de productos químicos susceptibles de alterar la superficie de la emulsión cinematográfica. Los títulos de crédito iniciales de Bost (filmados en soporte en blanco y negro, con película negativa de 16mm) muestran tres modos diferentes de plantear la escritura de tipografías y anunciar la pieza. Tras este breve preámbulo de naturaleza fotográfica empieza un vendaval imparable de texturas abstractas en perpetuo movimiento, un torrente continuo de imágenes organicistas, una cascada incesante de manchas expresionistas, extendidas hasta los 9 minutos. Procesos químicos arbitrarios y rascaduras deliberadas hechas directamente sobre el celuloide provocan la consecución de un filme hecho a mano que se presenta como una película plástica de naturaleza organicista. Porque la observación de esas imágenes fugaces e intangibles provoca -por parte del espectador- la búsqueda inmediata de referentes figurativos, principalmente elementos regidos por equilibrios compositivos, simetrías y formas identificables. Raíces rojizas, ramas verdosas y pétalos amarillentos pueden venir en mente. Pero cuesta adentrarse sin prejuicios, porque la dudosa selección musical impide la fluidez de los pensamientos. Y aquí empiezan las preguntas: ¿Por qué añadir música sin sentido a un filme de Música Visual? ¿Por qué incluir el tema "Sanctuary" de John McLaughlin y la Mahavishnu Orchestra como banda sonora? ¿Por qué la música, en realidad, no parece pertenecer a los desarrollos jazzísticos, específicamente instrumentales de la banda de principios de los setenta? Incógnitas que incomodan pero que no perjudican el valor experimental de un título cercano, por momentos, a las inquietudes del cine sin cámara de Len Lye, Stan Brakhage o Norman McLaren.
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