Texto publicado en el número 8 de Blogs&Docs
La primera película documental del realizador Jorge Tur es un trabajo que retrata con ingenio, agudeza y perseverancia el día a día de los trabajadores de una funeraria. Confeccionado en el marco de la octava edición del Máster Documental de la Universidad Autónoma, De Función se revela como una brillante y serena descripción visual de la retórica mortuoria, desmenuzada con distanciamiento entre bastidores. Es la cara oculta de una escenografía religiosa, cargada de significación, que aquí se muestra desmitificada. El título de la película juega con esa doble significación, la que remite al tema tratado y al aspecto teatral de la puesta en escena que ésta conlleva. Una última función maquillada, vestida, iluminada e incluso musicada, que finalmente queda representada en la capilla.
Planteado a modo de documental observacional, el film queda equilibrado por el uso de una cámara estática -situada sobre trípode, desde un punto de vista relativamente bajo- que contempla la acción sin tomar partido de ella, tan sólo enmarcando, sin intromisión pero con intuición, interiores por los que los cadáveres, son desplazados. Registradas metódicamente, las imágenes ofrecen una mirada respetuosa con las presencias de los difuntos, dejando que sean los movimientos de los encargados los que centren el foco de atención. El protagonismo se adentra así en la relación que se establece entre las decenas de empleados que van apareciendo a lo largo del documento, y los cuerpos con los que tratan. La serie de detalles, sucedidos durante las tareas de vestir, calzar, maquillar, preparar el féretro, colocar las flores y las coronas, da lugar a un encubierto humor negro, hecho de gestos imperceptibles y comentarios irónicos.
Sin voz explicativa, pero con diálogos susurrados, el documental se muestra como el análisis de un espacio trascendente, sostenido en los silencios, los desplazamientos y el obrar de sus trabajadores. El cuidado en la manipulación de los difuntos por parte del personal encargado, no esconde cierta mecanización a la hora de realizar el trabajo. La repetición de unos movimientos controlados por la experiencia, despoja de sentimentalismos aquello que realizan. Uno mismo, que ha trabajado en condiciones parecidas, es consciente de lo fácil que resulta eludir el dramatismo de la situación, dejándose arrastrar por la obligación de la tarea, pendiente de los minutos restantes, siempre y cuando el desconsuelo de los familiares no esté presente.
Estructurada como una narración lineal y cronológica, que contiene planos registrados a lo largo de cuatro meses, la película presenta el itinerario de diversos difuntos, desde que llegan a la funeraria, hasta que se dirigen al cementerio o al crematorio. Es un recorrido que el montaje se encarga de remarcar desde el primer hasta el último plano, los de la espera y la despedida. La propuesta de presentar espacios vacíos, continuamente atravesados por empleados, crea momentos de inquietud, no sólo por el gélido uso de la iluminación, sino también por la incertidumbre ante los tiempos muertos que éstos desencadenan. La metodología empleada seduce por la sutileza en pronunciar una teatralidad coreografiada que desvela insistentemente la temporalidad. El único travelling incluido consta de un féretro en primer plano, trasladado mediante un ascensor hacia el velatorio, momento en el cual una elipsis temporal amaga un último contraplano, el de la última actuación.
Si las autopsias han sido un tema recurrente en la historia del cine documental (Cada Ver Es de Ángel García del Val) y el cine de vanguardia (The Act of Seeing With One’s Own Eyes de Stan Brakhage, The Red Gate y The Green Gate de Hollis Frampton), el de la puesta a punto para el último adiós lo ha sido para un corto de ficción (Mortaja de Antonio Perumanes) y esta De Función, meritoriamente premiada (Sitges y Documenta Madrid) y alabada, por todos los que la han podido experimentar.
Próximas exhibiciones:
- Festival Internacional de Cine de Huesca del 7 al 16 de junio
- Cinema Jove de València Dentro de la sección DocLab programada por Iñaki Lacuesta y Adán Aliaga, del 16 al 23 de junio.
- International Film Festival Curtas Vila do Conde en Portugal, del 7 al 15 de julio
Saludos Albert,
ResponderEliminarhe podido ver De función en el Bafici y debo reconocer que no me impresionó en absoluto. quiero decir, es una película pequeñita, simpley muy medida que, en algún punto, se convirtió en algo mayor de lo que es (snowball effect) gracias a esos premios y alabos de los que hablas al final de tu nota.
efectivamente, la autopsia y el retrto del cuerpo humano muerto ya son una especie de tradición cinematográfica en sí misma. y es por eso que pienso que ya no se puede encarar dicho asunto con una mirada tan objetivamente neutral e indiferente. sería como filmar hoy en día un film como The Connection (de Shirley Clarke), donde los yunkies se drogan fuera de cuadro, cuando ya existen las películas de Andy Warhol+Morrisey, donde se inyectan delante del lente de la cámara.
nada, simplemente me pareció raro en su momento, y me sigue pareciendo, el enfasís puesto en esta película.
un abrazo grande.
Hola Pablo,
ResponderEliminardespués de ver el impactante tratamiento fílmico de las obras sobre autopsias de Brakhage y Frampton, no creo que sea necesario intentar hallar la misma impresión. Las mutilacions de The Green Gate están ahí para causar estupor, por mucho filtro de color y tejidos microscópicos, como si fueran muestras de adn.
No creo que De Función presente una mirada "objetivamanete neutral e indiferente"... su implicación está en la observación y el hecho de capturar y seleccionar momentos determinantes, así es como yo lo veo. El conjunto de planos escogidos y las relaciones que se establecen entre ellos estan más meditadas de lo que parecen. Y en el fondo el retrato de cadáveres en De Función no deja de ser un elemento incómodamente secundario.
Un abrazo.