5 años de Xcèntric
La programación cinematográfica de Xcèntric cumple cinco años. Para celebrarlo el CCCB edita un libro que analiza algunas de las obras más emblemáticas proyectadas en sus sesiones, y realiza una exposición titulada That’s Not Entertainment!, recogiendo el legado de algunos de los filmmakers más destacados del cine experimental.
Imatges Contra Direcció fue, desde un principio, el subtítulo que sirvió para definir con precisión el ideario del Xcèntric. Una postal con letras negras y rojas enmarcando dos imágenes alucinadas extraídas de Aguaspejo Granadino de Val del Omar, un póster mostrando un frame del pasillo universitario de Serene Velocity de Ernie Gehr, junto con un texto de George Landow (“This is a film about you” –not about its filmmaker- del film Remedial Reading Comprehension), fueron los primeros impresos que publicitaron, para unas sesiones iniciadas con la figura de Kenneth Anger y sus películas Fireworks y Scorpio Rising. Cuatro referencias de autores cinematográficos que marcaron rápidamente la línea a seguir a lo largo de cinco años.
Si el primer conjunto de sesiones proyectadas durante los meses de noviembre de 2001 y enero de 2002 estaban muy enfocadas hacia las retrospectivas de cine experimental de los años ’60 y ’70, ya fueran de autores americanos (Kenneth Anger, Stan Brakhage, Ernie Gehr, Hollis Frampton, Tony Conrad, George Kuchar), canadienses (Michael Snow) o británicos (Malcolm Le Grice y Peter Gidal); la verdad es que también se observaban otras inquietudes más cercanas al cine documental o al cine de animación, así como trabajos más recientes del vídeo digital (los nombres de Alexander Sokurov, Chantal Akerman, Michel Gondry y los trabajos de la Ars Electrónica austriaca así lo demuestran).
Programaciones posteriores han ido recalcando este punto inicial, el de dar cabida a muchos otros géneros, formatos, intenciones y aplicaciones más allá del cine de vanguardia internacional. Xcèntric ha sido un foco necesario para hacer revisiones de propuestas de autores lejanos, prácticamente desconocidos para el gran público. Ha sentado cátedra en este aspecto, en la voluntad de repasar las evoluciones de cineastas situados al margen de los canales habituales, los del cine comercial y la televisión. Es por eso que el repaso a la cinematografía realizada por artistas de las vanguardias históricas, (los –ismos iniciados durante las primeras décadas del siglo XX), como los del cine futurista, el surrealista, el dadaísta, el cine abstracto, el cine puro o el cine sintético han tenido cabida a lo largo de estos años. Los visionados de filmes de pioneros del cine de animación como Len Lye, Mary Ellen Bute, Oskar Fischinger, Norman McLaren, Hans Richter, o de la animación por computadora u otros aparatos electrónicos practicada por John y James Whitney, Larry Cuba y Jordan Belson, han sido decisivos para comprobar el asombro que producen en las nuevas generaciones. Hecho que ha marcado la dirección hacia la búsqueda de genealogías amagadas de este cine diferente.
Un cine realizado generalmente al margen de las productoras y de los grandes mercados, un cine filmado individualmente, autofinanciado, sin presiones de ningún tipo, más allá de las que uno mismo se impone. Este tipo de cine amateur, underground, vanguardista o experimental -gracias a su completa libertad-, ha asentado nuevos recursos visuales, nuevas posibilidades narrativas y nuevas sugerencias poéticas. Las confusiones que cada uno de los sustantivos anteriores puedan traer deberían ser minimizadas a partir de una breve explicación. La conexión entre el nombre francés amateur, proveniente de amante, trae consigo el sentido de apego, de cariño y de fascinación, en este caso, por el aparato cinematográfico, el proyector y todos los demás accesorios susceptibles de intervenir en las diferentes fases del proceso fílmico, evitando una implicación profesional que normalmente tiende a la reiteración. Un cine underground por situarse a un nivel subterráneo, marginado, alejado de la mercadotecnia del cine comercial, apto para representar las inquietudes de las minorías y aquellos a los que habitualmente se les censura por plantear fuertes rupturas visuales y temáticas. Un cine de vanguardia por la conexión que existe respecto al arte, los artistas y las visiones de éstos, emancipadas del factor realista, invirtiendo narrativas, invocando los demonios o dando ritmos a la luz. Y finalmente un cine experimental por la idea de experimento, de prueba o de test (meditado hasta lo extremo, como en el caso del cine estructural o materialista, en algunos puntos cercano al arte minimalista y al conceptual), por su carácter imprevisible, azaroso y aleatorio (del cine pintado, tintado o rascado, al reciclaje de imágenes de diferentes ámbitos) o por sus trayectorias intuitivas en su aspecto narrativo (el cine lírico y la mythopoeia de la que habla P. Adams Sitney).
Algunas características de ellas también se pueden aplicar al cine de animación (las sesiones llamadas Documents Animats) y, evidentemente, al cine documental de creación, directo o verité. Un apartado, este último, que ha ido tomando protagonismo progresivamente en las programaciones habituales de Xcèntric, mediante las sesiones Variacions del Real, y en menor grado, las englobadas dentro de Rescrits. El ámbito del cine documental ha permitido mostrar películas clásicas del cine de lo real, gracias a las oportunidades concedidas a directores indiscutibles como Frederick Wiseman, Raymond Depardon, Jean Eustache o Johan Van Der Keuken.
Pero la voluntad de dividir por bloques la mayoría de las sesiones, ha traído consigo enunciados de menor interés con filmes anecdóticos de las cinematografías de directores completamente integrados en los sistemas de producción (entre ellos los desafortunados epígrafes Independents entre gratacels y bandaA sonorA, ejemplificado en el cine de Nicholas Ray –We can’t go home again-, Robert Altman –Images-, Barbet Schroeder -More- o Jim Jarmusch –Permanent Vacation-).
Pero volviendo al punto inicial y retomando el porqué de las programaciones de Imatges Contra Direcció, se puede observar como, el camino que más ha destacado durante estos dos últimos años ha sido las revisiones de clásicos olvidados del experimental, el Expanded Cinema y el Visionary Film. Así, las sesiones tituladas Cine Invisible (con el In tachado con una X para plantear la controvertida visibilidad de este cine) ha permitido deleitar al público con filmes canónicos de Jack Smith, Jonas Mekas, Marie Menken, Bruce Conner, Gregory J. Markopoulus, Bruce Baillie, Joseph Cornell, Andy Warhol, Ken Jacobs y Michael Snow. El canadiense estuvo presente en el quinto aniversario, los días 20 y 21 de mayo de 2006 para presentar joyas del cine estructural (Wavelenght y Back and Forth) y piezas nuevas que dan muestra de la vitalidad de este cineasta, fotógrafo y pianista.
Estos repasos lujosos a maestros del experimental han ido cediendo espacio, poco a poco, a la inclusión de trabajos actuales, de líneas estéticas convergentes con la de los veteranos, ya sean por el uso del found footage, del flicker, del loop, del formato super 8 u otras particularidades técnicas.
La publicación del libro sobre los cinco años de programación del Xcèntric viene a llenar un vacío importante respecto a la bibliografía de cine experimental en castellano. Cerca de cincuenta títulos escogidos concienzudamente por los programadores y otros especialistas, son el núcleo de un libro marcadamente visual, que destaca por la revisión que se hace de piezas fílmicas, convertidas ya en referentes, y otras que, si más no, deberían serlo.
Contrariamente al libro, cuya vinculación con la programación de Xcèntric abarca todas sus ramificaciones, la exposición titulada That’s Not Entertainment! El cinema respon al cinema, (a inaugurar el día 21 de diciembre) se centra específicamente en lo experimental, dejando de lado las vinculaciones documentales. Así, proyecciones in situ en formato 16 mm de autores como Stan Brakhage, se mostrarán entre archivos, tiras de películas, proyecciones en vídeo y demás material englobado en una decena de salas aptas para observar y valorar el cine de cineastas como Jonas Mekas, Len Lye, Peter Kubelka o Gustav Deutsch. José Antonio Sistiaga y Benet Rossell son algunos de los nombres nacionales presentes en una exposición destinada a remarcar el poder de seducción de este cine creado en sentido opuesto a la idea de entretenimiento propia del cine de Hollywood, el de los grandes estudios y no el Hollywood de vanguardia defendido por David James en The most typical Avant-Garde: History and Geography of minor cinemas in Los Angeles. Una exposición que ávidamente se relaciona con los programas Sempre Hollywood/ No només Hollywood, apropiat i reciclat, sesiones diseccionadas para visualizar los usos del found footage llevada a cabo por autores destacados de los años ’80 y ’90 como Martin Arnold, Matthias Müller, Virgil Widrich o Caroline Avery, y por otros más noveles, de ámbito nacional, como son Oriol Sánchez, Andrés Duque, Luís Cerveró, Lope Serrano o David Domingo (heredero de las soluciones formales y estéticas de Iván Zulueta).
Propuestas, todas ellas, que demuestran la vigencia de un cine irónico, provocador, esencial, puro, abstracto, alternativo, minimalista, heterogéneo y subversivo, como desglosó certeramente Amos Vogel en su libro Film as a Subversive Art.
(texto publicado en Blogs&Docs: www.blogsandocs.com)
No nos trata mal, el CCCB, no. Y tú siempre estás para contarlo.
ResponderEliminarps.- con un poco de suerte, la semana que viene podré disfrutar del espectáculo multimedia de lee ranaldo "drift". espero poder contarte cosas, albert.
salutacions!
sergi
Hola Sergi,
ResponderEliminarpues ya me explicarás cómo está Drift. La verdad es que muy bien no se cómo está enfocado este trabajo de Lee Ranaldo el precio del dvd siempre me ha tirado para atràs,
un saludo,
si quieres te lo grabo, sí que es caro, sí (va con un libro de poemas).
ResponderEliminaraquí tienes un clip:
http://www.plexifilm.com/drift.html
cuídate!